La relevancia de las áreas verdes en la mejora de la calidad de vida de los habitantes es innegable. Es crucial que los promotores inmobiliarios asignen terrenos específicos para áreas verdes, contribuyendo así al bienestar de sus residentes y a la lucha contra el cambio climático.
Es esencial que las empresas inmobiliarias se comprometan cada vez más con la sostenibilidad de sus proyectos, con el objetivo de regenerar el medio ambiente y mitigar el calentamiento global. Esto implica considerar el impacto ambiental en todas las etapas de construcción, promoviendo la creación de comunidades más saludables.
Un desarrollo sustentable debe contemplar al menos los siguientes aspectos: eficiencia energética en las viviendas mediante la instalación de paneles solares y otras tecnologías limpias, conservación del agua a través de sistemas de captación de lluvia para su reutilización, y la reducción de la huella de carbono mediante la preferencia de viviendas verticales sobre horizontales.
Es importante destacar que la ONU recomienda 16 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, lo cual garantiza una mejor calidad de vida en entornos urbanos. Sin embargo, México solo cuenta con 5 metros cuadrados por persona, muy por debajo de esta recomendación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere al menos 9 metros cuadrados de áreas verdes para mejorar las condiciones de vida de los residentes.
El aumento de espacios verdes es un esfuerzo conjunto entre gobiernos y desarrolladores inmobiliarios. Ambas partes deben trabajar en conjunto para incrementar estas áreas, beneficiando la salud de los habitantes y mejorando el medio ambiente, así como para combatir el calentamiento global, un desafío que afecta a todos por igual.