Existen cuatro maneras de formalizar una transferencia de propiedad en México, cada una adecuada para diferentes situaciones y necesidades. Estas formas son: por herencia, donación, compra-venta y traspaso de hipoteca.
Herencia:
La herencia se lleva a cabo a través de un testamento, donde se establece cómo se distribuirán los bienes y propiedades del fallecido entre sus familiares u otras personas designadas. Transferir una vivienda por herencia es una opción segura, ya que se evitan riesgos de pérdida o robo injustificado, así como problemas futuros. Para realizar una transferencia por herencia, es necesario:
- El testamento debe ser realizado por un notario público.
- Pagar las tarifas establecidas por la notaría.
- El testador debe ser el propietario registrado del inmueble y tener las escrituras de la propiedad.
- El heredero debe tener al menos 17 años y presentar una identificación válida.
Donación:
La donación implica transferir un inmueble en vida a familiares, hijos o padres. Los requisitos para una donación de vivienda son:
- Debe ser validada por un notario público.
- Puede ser total o parcial, y en algunos casos reversible.
- Las donaciones entre cónyuges, padres e hijos están exentas de impuestos sobre la renta.
- El donante debe ser el único propietario del inmueble.
Traspaso de Hipoteca:
Cuando el titular de una hipoteca no puede cumplir con los pagos, puede transferir tanto la deuda como la propiedad a otra persona que pueda asumirla. Para realizar un traspaso de hipoteca:
- Se deben mantener al día los pagos de la hipoteca y servicios.
- El receptor debe cumplir con los requisitos establecidos por la institución financiera.
- Se debe formalizar un contrato de compra-venta ante un notario público.
Compra-Venta:
La compra-venta es una modalidad común de transferencia de viviendas. Implica que un propietario vende su propiedad a un comprador por una cantidad acordada, formalizada mediante un contrato validado por un notario público. Los requisitos para un contrato de compra-venta son:
- Acuerdo sobre el precio de venta entre ambas partes.
- Firma del contrato ante un notario público.
- La vivienda debe estar en condiciones adecuadas para habitar.
- El vendedor debe entregar las escrituras, y el comprador debe registrar la propiedad a su nombre en el Registro Público de la Propiedad.
Es fundamental elegir la forma de transferencia que mejor se adapte a tus necesidades e intereses, protegiendo así tus derechos y evitando posibles riesgos de pérdida o conflicto.