Cuando se adquiere un terreno para construir un proyecto arquitectónico, la planificación es fundamental para la edificación de una vivienda en un proyecto residencial. Estas etapas básicas son: la Obra Negra, la Obra Gris y la Obra Blanca, cada una de ellas consta de diferentes procesos y acabados que componen el producto terminado. A continuación, se detallan cada una de estas etapas para que, al recibir informes sobre los avances, se pueda entender en qué fase se encuentra la construcción.
Obra Negra: Esta fase del proceso se refiere al inicio de la construcción, donde se revisan los aspectos generales del proyecto a realizar, tales como la estructura, la mayor parte de los muros, lozas, techos, tuberías principales, entre otros. En este punto, se establece la estructura y delimitación del área de construcción, lo que incluye la excavación, nivelación y cimentación. En la Obra Negra participan ingenieros, arquitectos, constructores y clientes.
Obra Gris: Durante esta etapa de la construcción, se lleva a cabo el levantamiento de muros, la instalación de tuberías internas, cableados y conexiones a servicios públicos. Es el momento en que la propiedad está lista para comenzar con los acabados.
Obra Blanca: En esta etapa, se define la estética final del proyecto. Aquí se realizan los detalles que proporcionan la apariencia habitable y confortable. Se ejecutan los trabajos de acabados y detallados finales, definiendo el estilo estético de la propiedad, como los tipos de muros, pisos, puertas principales, ventanas, etc. Debe ser un espacio acogedor y armonioso.
Ahora que se conocen las tres etapas fundamentales del proceso de construcción, se tendrá un mayor entendimiento sobre los avances reales que llevará la residencia.