El Feng Shui es una antigua práctica china que busca armonizar el entorno para atraer equilibrio, salud y bienestar. Aplicado a la recámara, este arte ayuda a mejorar la calidad del sueño, fortalecer relaciones y crear un ambiente de verdadera paz.
Lo que sí debes hacer
- Ubicar correctamente la cama: Lo ideal es colocarla en una posición donde se vea la puerta sin estar justo frente a ella. Esta “posición de mando” brinda sensación de seguridad.
- Mantener el orden: El caos bloquea el flujo de energía. Una recámara limpia, ventilada y libre de acumulación favorece el descanso.
- Usar colores suaves y naturales: Tonos como beige, verde o azul claro invitan a la tranquilidad y a la renovación energética.
- Incorporar elementos naturales: Plantas pequeñas, madera, algodón o lino aportan frescura y equilibrio.
- Regular la iluminación: La luz natural es preferible. Si no hay suficiente, opta por lámparas de luz cálida para crear un ambiente acogedor.
Lo que no debes hacer
- Evitar espejos frente a la cama: Se cree que reflejan la energía y alteran el descanso profundo.
- No guardar cosas debajo de la cama: Esto estanca la energía y afecta el sueño reparador.
- Evitar colores intensos: Tonos como el rojo fuerte o el negro, en exceso, pueden generar tensión y emociones densas.
- No alinear la cama con la puerta: Es una posición que debilita la energía vital mientras se duerme.
- Reducir la tecnología: Demasiados aparatos electrónicos pueden alterar el campo energético y el descanso.
- Retirar objetos rotos o dañados: Representan energía bloqueada y deben eliminarse.
Aplicar Feng Shui en tu recámara no requiere grandes cambios, solo conciencia. Unos pocos ajustes pueden transformar el ambiente y tu energía diaria.