Mazatlán e Isla Cortés, en Nuevo Altata, se han convertido en dos de los destinos costeros más atractivos para quienes buscan una inversión sólida y con beneficios a corto y largo plazo. Ya sea para vacacionar, rentar o vivir, estas zonas tienen todo lo que un inversionista desea encontrar frente al mar.
- Rentabilidad y plusvalía en aumento
Las propiedades en zonas de playa mantienen una demanda constante tanto de turistas como de nuevos residentes. Eso significa que su valor se incrementa año con año, convirtiéndolas en una inversión segura y redituable.
- Ubicaciones privilegiadas
Mazatlán es un ícono turístico con proyección internacional, mientras que Isla Cortés, en Nuevo Altata, es una joya en desarrollo. Ambas zonas combinan belleza natural con acceso a servicios, infraestructura y conectividad.
- Ingreso por alquiler vacacional
El boom de plataformas como Airbnb ha abierto grandes oportunidades. Proyectos como Punta Paraíso y Punta Diamante permiten generar ingresos constantes gracias a su cercanía al mar y a las amenidades pensadas para el descanso.
- Vida frente al mar = mejor calidad de vida
Vivir cerca del mar mejora la salud física y mental. Respirar aire puro, disfrutar del sonido de las olas y tener acceso a actividades acuáticas es parte del día a día en estos desarrollos.
- Zona en crecimiento constante
El corredor turístico en Mazatlán y Nuevo Altata no deja de crecer. Nuevos desarrollos como los de Impulsa Inmuebles y mejoras en la infraestructura pública están generando mayor plusvalía y atracción de inversionistas.
Invertir en una casa de playa en Mazatlán o Isla Cortés no solo es una apuesta por el presente, sino también por el futuro. Ya sea para descanso, renta o retiro, hoy es el momento ideal para elegir mar, bienestar y rendimiento.
